Por Lic Aritz RECALDE
(Extracto - versión completa en www.isepci.org.ar)
FUNDAMENTOS DE ESTAS BASES
Este trabajo intenta hacer un aporte al debate sobre la formulación de los nuevos principios
fundacionales de la universidad latinoamericana del siglo XXI. El principio que nos guía corre
parejo a la necesidad histórica y por años postergada en Latinoamérica de dar batalla contra el
subdesarrollo y la dependencia económica y cultural de nuestras naciones. En este marco,
creemos, que el debate sobre el modelo de universidad latinoamericana del siglo XXI, debe
estar circunscrito a los planteos y las luchas de las naciones del sur contra la dependencia y el
atraso de sus pueblos y de sus estructuras productivas.
Por eso, aquí únicamente se plantean ciertos nudos conceptuales para el abordaje de la
problemática universitaria. El trabajo es estrictamente metodológico e intenta exclusivamente
otorgar a los interesados un esquema general para abordar el tema universitario. La brevedad del
planteo tiene su justificación en dos cuestiones. Por un lado, en la necesidad de clarificar las
dimensiones reales de los diferentes planteos políticos e ideológicos latinoamericanos, en torno
a la problemática universitaria, especialmente aquellos que hacen a la corriente denominada
“reformista” y sus implicancias concretas en relación a los programas populares del siglo XX.
Por otro lado, este breve planteo es un resumen de la metodología de trabajo aplicada en dos
investigaciones sobre la universidad, a las que el lector puede remitirse en caso de interesarse en
el tema.1
El trabajo intenta sistematizar las principales variables para el abordaje de la temática de la
universidad latinoamericana y su funcionamiento durante el siglo XX y las bases para la
discusión de un programa alternativo para el nuevo siglo XXI. El recorte de casos tiene que ver
con que las tres naciones en cuestión, Argentina, Venezuela y Cuba, iniciaron en distintos
períodos, con sus particularidades propias, el proceso de formulación de una Universidad
Nacional y popular, superando el esquema de la Universidad Reformista dependiente típica de
principios y mediados del siglo XX, que aún sigue vigente en gran parte de las naciones
latinoamericanas. Se sistematizarán aquí los principales ejes para un análisis de la universidad
desde una perspectiva, que dará primacía a la dimensión política, teórica e histórica- cultural
latinoamericana.
1 Recalde Aritz y Recalde Iciar, Universidad y liberación nacional. Un estudio sobre la universidad de Buenos Aires
durante los tres gobiernos peronistas 1946-52; 1952-55,1973-76. Ed. Nuevos Tiempos. Recalde, Aritz, “Por una
universidad nacional, popular y latinoamericana por un movimiento estudiantil - docente nacional y popular”, agosto
2004
I- LEGISLACIÓN UNIVERSITARIA
- Venezuela: cuenta con la Ley de Universidades del año 1970 (actualmente se estudia su
modificación). El órgano rector es el Ministerio de Educación Superior –MES- (reglamentado
por el Decreto Nº 3444/02 que reduce las competencias de los organismos anteriores: el Consejo
Nacional de Universidades -CNU- y su órgano asesor, la Oficina de Planificación del Sector
Universitario – OPSU-).
- Argentina: la Ley de Educación Superior Nº 24.521 data del año 1995. El órgano rector es el
Ministerio de Cultura y Educación desde la Secretaria de Políticas Universitarias. Esta ley crea
la Comisión Nacional de Evaluación y Acreditación Universitaria (CONEAU) órgano
descentralizado del Ministerio de Cultura y Educación. Consejo de Universidades; Consejo
Interuniversitario Nacional; el Consejo de Rectores de Universidades Privadas y los Consejos
Regionales de Planificación de la Educación Superior.
- Cuba: no tiene una Ley de Educación Superior sino varias normas: Constitución Nacional,
Leyes, Decretos leyes, Decretos y Resoluciones. El órgano rector es el Ministerio de Educación
Superior (creado por intermedio de la Ley Nº 1306 de 1976).
II- LA UNIVERSIDAD COMO CONCEPTO
1- La universidad se ubica en la etapa superior del proceso de socialización y debe
interpretarse entonces, en relación a las otras instituciones educativas, culturales y de
formación ideológica propias de una nación, como la escuela, los partidos políticos o
los medios de comunicación.
2- La universidad, a diferencia de otras instituciones de la cultura, detenta el monopolio
del saber profesional: implica una forma histórica particular de vincular el poder –
saber: derecho, ejercicio legal de la medicina, etc.
3- La universidad cumple funciones de formación de dirigentes para la conducción
política de la sociedad. Por eso, debe analizarse para qué actores o proyectos
estratégicos de nación forma sus perfiles de egresados.
4- La universidad es un espacio de formación de técnicos del aparato productivo y por
eso, está estrechamente ligada al contexto político, cultural y económico del país en el
cual se inscribe.
5- La universidad tiene además, una función formadora de profesionales del sistema
educativo en general y es por eso, es en parte garante de la producción y reproducción
del saber para las nuevas generaciones de docentes, profesionales y técnicos
6- La Universidad cumple una función democratizadora, por ser una estructura a través de
la cual los miembros de una sociedad pueden recibir una formación acorde a las
condiciones históricas de la misma, permitiéndoles integrarse plenamente a ella no sólo
en sentido cívico (votantes), sino también, en su sentido económico social.
7- La universidad adopta una función investigadora a partir de la cual, la sociedad puede
estar en condiciones de situarse en la vanguardia del conocimiento y cumplir un rol
productivo e innovador
8- La universidad es parte de intereses corporativos propios, pese a que estén siempre en
tensión con el contexto social: relacionados a los proyectos dominantes o vinculados a
la lucha de los pueblos por su liberación. No puede desconocerse que la universidad
posee “grados de autonomía relativa” y es por eso que, creemos, se puede escribir una
historia de la universidad.
9- La universidad coexiste y/o compite con otras instituciones formadoras de cultura
como fundaciones, corporaciones, las FFAA o la Iglesia. No puede pensarse la
universidad sin tener en cuenta dichas instituciones con las que se complementa o con
las que confronta.
III- VARIABLES GENERALES A TENER EN CUENTA PARA ABORDAR LA
PROBLEMÁTICA UNIVERSITARIA
1- CONOCER EL CONTEXTO HISTÓRICO
Estudiar el contexto “externo”:
Tanto el político (proceso de ascenso y descenso de la lucha de masas), como el económico (por
ejemplo, su vinculación con los proyectos agro exportador; industrial mercado internista,
financiero o industrial exportador).
Estudiar el esquema de funcionamiento “interno”:
- Se debe conocer la vinculación entre los partidos políticos externos y las
organizaciones estudiantiles y docentes. Sin este dato difícilmente se pueda interpretar
el funcionamiento de la Universidad, por el hecho de que la institución es parte del
teatro de operaciones de los partidos políticos.
- Se deben analizar las vinculaciones entre las corporaciones y los intereses económicos
de los departamentos, carreras y universidades. En nombre de “pasantias y trabajos a
terceros”, las corporaciones son parte de la educación de los universitarios.
- Asimismo, para plantear la problemática se deben analizar los tipos y niveles de
organización de los claustros docentes, graduados, alumnos y no docentes.
2- CONOCER LA VINCULACIÓN ESTADO – UNIVERSIDAD
Este punto, creemos, es elemental para entender las contradicciones actuales que enfrenta el
bloque del pueblo en relación a su posibilidad de articular el programa de liberación con las
universidades públicas. En este sentido, consideramos fundamental resaltar dos cuestiones:
primero, que la contradicción principal que enfrentan los movimientos deliberación del siglo
XXI en relación a la función de la universidad en los procesos de transformación política, es a
las resistencias de la misma corporación universitaria, que detrás de las concepción
“reformista”, esconde espacios de privilegios de una institución estrechamente ligada a los
centros del poder mundial. Los intereses “corporativos” son ejercidos generalmente por
docentes y en menor medida, por sectores de alumnos, en una institución caracterizada por la
compra y venta de cargos y lugares de poder. Debemos aclarar y especialmente para el caso
argentino, que esta lectura no debe hacerse de manera lineal, por el hecho de que la institución
es un espacio de disputa y no necesariamente todas las facultades, ni todas las cátedras expresan
una ideología y una practica alejada de los problemas del país. Ahora bien, hay una tema que es
innegable y es que históricamente las universidades argentinas y venezolanas y pese a sus
matices, se han enfrentado en varios casos a los movimientos de liberación oficiando como
instituciones alejadas de la batalla contra la dependencia y el atraso de las naciones. El modelo
neoliberal de 1990 con sus consecuencias en la universidad, ya no es el enemigo principal que
enfrentan las organizaciones populares de Argentina y de Venezuela: el debate sobre el
arancelamiento o la privatización de la Educación Superior, deja lugar a otro que versa sobre las
formas que debe desarrollar el pueblo para desarticular los intereses corporativos universitarios
estrechando la institución con la resolución de los problemas regionales y de desarrollo del país.
Segundo, es imprescindible asumir la necesidad imperiosa de adecuar dialécticamente el
esquema ideológico de la “reforma”, ya que si este planteo es escindido del contexto actual
pierde parte de su vitalidad de origen y corre el riesgo de oficiar como una ideología retardataria
de las transformaciones que exigen las organizaciones libres del pueblo. Latinoamérica debe
formular - en muchos casos este desafío implica retomar las experiencias existentes- el modelo
de la Universidad Nacional y Popular, cuestión que involucra superar la reproducción
esquemática de los tópicos del año 1918. La universidad del siglo XXI debe ser una
Universidad Nacional y Popular, pilar del esquema de liberación y de lucha contra la
dependencia de los pueblos. En la actualidad y con excepción de Cuba, las universidades no han
superado totalmente la etapa de las “corporaciones” que dará paso a la universidad del pueblo.
En este punto sintetizaremos las cuatro etapas históricas que atravesaron las universidades de
Venezuela, Argentina y Cuba en relación a sus vinculaciones con el Estado y la sociedad civil,
haciendo eje en el caso nacional que nos involucra directamente.
A- ETAPA “COLONIAL” O DE LA CORPORACIÓN RELIGIOSA2
La institución universitaria nace como producto de la decisión de las metrópolis. En Venezuela
se funda la Universidad de Caracas en el año 1721 (hoy Universidad Central de Venezuela). En
Cuba se funda la Universidad de La Habana en el año 1728.
Argentina: se crea la Universidad de Córdoba en 1613: el obispo diocesano Fray Hernando
Trejo y Sanabria hace un aporte económico para financiar cátedras de latín, arte y teología sobre
la base del Noviciado de los jesuitas existente desde 1607. Gregorio XV le permite emitir títulos
universitarios en 1622 y Felipe II, rey de España, lo eleva al grado de universidad en el año
1622. Se copia el modelo de la Salamanca: teológica y escolástica. Desde el siglo XVIII
ingresan lecturas como Descartes o Newton.
Se crea su constitución en 1664 y se aprueba por la corona en 1680.
Carreras:
a- Facultad de “Artes” (5 años). Se estudia filosofía (lógica, física y metafísica). Título de
“grado (bachiller y licenciado) y de posgrado (maestro y doctor). No existe la diferencia entre
universidad y escuela secundaria.
b- Facultad de teología (6 años). Cánones, moral y teología. Luego se suma Escritura e historia
sagrada.
La controla la Compañía de Jesús hasta su expulsión en 1767 por Carlos III. Los Borbónes y por
intermedio del Virrey Juan José de Vertiz dictan la constitución y eligen el rector (antes estaba
legislado por una constitución de 1664 vinculada a las leyes de Indias).
El marqués de Sobremonte, gobernador de Córdoba, fomenta la introducción de una Cátedra de
Jurisprudencia que introduce una profesión profana. El Virrey Santiago Liniers remplaza al
clero Franciscano por sectores seculares ligando la universidad al Estado.
En esta etapa, la universidad cumple la función de difundir el dogma religioso y es
primordialmente un instrumento de formación de cuadros de la administración de la metrópoli
sobre colonia. El ingreso a la universidad exigía conocimiento del latín, conocimientos de
religión, matemáticas e historia (requisito establecido por la universidad, no por el Estado).
En esta etapa, la universidad cumple la función de difundir el dogma religioso y es
primordialmente un instrumento de formación de cuadros de la administración de la metrópoli
sobre colonia.
2 Los planteos son “genéricos” por cuestiones metodológicas y no dan cuenta de todo el proceso del cual
forman parte las universidades. La universidad escapa al mero rotulo de “colonial”.
B- ETAPA INDEPENDENTISTA: FUTURA UNIVERSIDAD DE LA CORPORACIÓN
OLIGÁRQUICA
Superada la etapa colonial con el ciclo de la Independencia, la universidad rompe su vínculo con
la metrópoli. En este marco y en el caso de Venezuela, la separación del modelo colonial será
tarea de Bolívar, que cumple un rol central desplazando a la Iglesia y aboliendo los conventos
religiosos en la década del veinte y otorgando este capital a las universidades. En el año 1827 se
desarrollan los Estatutos Republicanos que refuerzan el esquema de una universidad separada de
España.
En Cuba esta tarea se liga a las figuras de José de la Luz y Caballero y de José Martí, ideólogos
de la transformación de la universidad en el tránsito del país de la colonia al Estado
independiente. Martí marcará además y adelantándose a su tiempo, la necesidad de desarrollar
las carreras técnicas.
En la Argentina y luego de la Independencia, adquiere trascendencia sobre la universidad de
Córdoba Gregorio Funes. Este redacta un Plan de Estudios de la carrera de abogado e incluye la
matemática y el francés en la formación. En 1817 el gobierno de las Provincias Unidas del Río
de La Plata, bajo el mando del director supremo Juan Martín de Pueyrredón, aprueba un nuevo
plan de estudios presentado por Funes y ratifica la línea de formación de abogados y la
enseñanza de francés lo cual permite la lectura de Rousseau, Condorcet y Condillac.
En el año 1818 en Buenos Aires Pueyrredón funda el Colegio Unión del Sud en lugar del
Colegio de San Carlos (1783-1810) y en donde se desarrollan estudios “preparatorios” (similar
a la escuela media actual). Se crea la Escuela de Matemáticas (1810 – cierra ese mismo año-); la
Escuela de dibujo (1815); La Academia de matemáticas y Arte militar (1816). Se reorganiza el
Protomedicato (1813 – antes existía el Instituto de Medicina creado en 1780); la Academia de
Jurisprudencia (1814).
Iniciativas para la fundación de la UBA: la propuesta es paralela a la fundación del Virreinato
en 1776. En 1816 se renuevan gestiones a partir de la acción de Antonio Sáenz. Se funda la
Universidad de Buenos Aires (UBA) en el año 1821 bajo la gestión de Rivadavia. Sigue el
esquema francés: formación liberal y secular, abandonado las cátedras de teología.
Carreras:
a- Estudios preparatorios: latín, filosofía, física y matemáticas. Estos pasan al Colegio de
Ciencias Morales creado por Rivadavia y de corta duración. Aparece la lectura de Condillac y la
Cátedra de Economía Política.
b- Derecho: la habilitación permanecía en la Academia de Jurisprudencia y el Tribunal Superior
de Justicia.
c- Medicina: ligado al Protomedicato que otorga licencia para el ejercicio.
La cátedra de teología desaparece en Córdoba en 1864. En 1876 aparece la cátedra de Ciencias
Exactas, Físicas, Naturales e Ingeniería Civil. En 1877 nace Ciencias médicas complementada
con la Escuela de farmacia en 1888, de Parteras en 1890 y en 1916 de Odontología.
Antecedentes legislativos: Ley de Educación de la provincia de Buenos Aires de 1875 (dura
hasta 1950) y define educación obligatoria y gratuita. Creó un Consejo General de Educación
con un director de escuelas (Sarmiento).
Existió un proyecto de Ley Universitaria en 1872 relacionado a la figura de Juan María
Gutiérrez. Este será retomado por Nicolás Avellaneda. Esta concepción se cristaliza
definitivamente en la Ley Avellaneda de 1885. La posición de Eduardo Wilde, Ministro de
Culto e Instrucción Pública se distancia de Avellaneda al intentar dar más potestades al Estado.
Ley Avellaneda: 4 artículos. Aparece la “asamblea universitaria” con representantes de las
facultades; Consejo superior presido por el Rector, Decanos y dos representantes nombrados por
estos últimos; los profesores salen de una terna enviada al PEN; el Estatuto es aprobado por el
PEN; se cobran “derechos universitarios”; los Rectores son elegidos por la asamblea; aparece el
Ministerio de Instrucción Pública
Derrotados los proyectos populares y federales, el impuso revolucionario de la independencia se
apaga y da curso a la era de dominio político de los sectores agro exportadores ligados al
capitalismo mundial con hegemonía británica. La universidad en este período se caracteriza por
ser:
a- Altamente elitista: cobra aranceles y se ingresa en función de los vínculos familiares y
culturales aristocráticos. Es marcada la imposibilidad de acceso de los sectores populares. A su
vez, esta universidad es un medio de sostén y perpetuación del esquema político de la oligarquía
y una garantía de reproducción de los funcionarios de familias de altos ingresos en el poder
publico.
b- De formación en letras. Son escasos los intentos por desarrollar carreras técnicas: la
universidad forma cuadros para la administración de la estructura de servicios del imperialismo,
pilares de la dependencia. Por eso, la carrera medular será la de Derecho.
c- De ideología antipopular y antinacional: la matriz de pensamiento de gran parte de los
docentes, ronda entre el liberalismo conservador, el positivismo y en algunas instituciones, el
catolicismo (que será finalmente derribado con la reforma en el siglo XX).
C- ETAPA REFORMISTA O DE LA CORPORACIÓN DOCENTE
Esta etapa tiene su origen en Argentina. El primer avance en el reformismo latinoamericano
está estrechamente vinculado a las transformaciones implementadas en la Universidad de
Buenos Aires en 1906. Pero en realidad, el hecho más conocido es el de la Reforma de 1918 en
la ciudad de Córdoba. Ahora bien, a diferencia de lo que se cree, la reforma de 1918 no va a
producir en Argentina las transformaciones planteadas en el Manifiesto Liminar. Con este
comentario no le queremos quitar la trascendencia histórica que trae aparejada la reforma, pero
si creemos, que es necesario puntualizar la trascendencia real que dichas jornadas tienen en
nuestro país. La Reforma no va a desarrollar una nueva Ley que modifique el esquema de la Ley
Avellaneda: exclusivamente va a modificar algunos reglamentos de las universidades
(particularmente los estatutos de la UBA desde 1906 y de la universidad de Córdoba desde
1919). La nueva Ley universitaria llegará recién en 1947 con el gobierno de Perón. El
movimiento reformista será reprimido por Alvear en el año 1922 y al no existir una “Ley”, el
dirigente modifica los estatutos y gran parte de los reclamos estudiantiles quedan entonces
abortados. El golpe militar de 1930, particularmente en la etapa de Uriburu, acentúa la reacción
conservadora en las universidades. A diferencia de lo que se cree, luego de 1922, la universidad
lejos de ser un espacio de defensa de los principios del Manifiesto Liminar, será una institución
de marcado perfil antipopular y además, marcadamente antidemocrática: sectores de la FUA y
parte de los docentes de las universidades apoyan el golpe militar contra Yrigoyen en 1930. En
1945 estos mismos actores universitarios ejercen una férrea oposición a Perón y apoyan el
terrorismo militar de 1955, con el bombardeo a Plaza de Mayo, la masacre de civiles y las
proscripciones de partidos políticos incluidas.
En el caso de Cuba, la reforma llega ligada a los planteos de Julio Antonio Mella y se cristaliza
definitivamente en la Ley docente de 1937 y luego en la Constitución Nacional de 1940 que
declara la autonomía de la Universidad de la Habana. En 1942 se reforman los estatutos de
dicha universidad reflejando el espíritu “reformista” de la universidad cubana.
En el caso de Venezuela, las primeras medidas reformistas aparecen en la Ley de Educación de
1940 que permite a la Universidad escribir una terna que se elevará al Poder Ejecutivo para
elegir Rector, Vicerrector y Secretarios (similar al esquema de la Ley Avellaneda y cuya
modalidad seguirá vigente en la Argentina hasta 1956). Esta Ley perderá vigencia poco tiempo
después. En el año 1946 aparece la participación estudiantil en los estatutos de la UCV. Recién
en el año 1958 aparece una ley que establece para las universidades el funcionamiento en base a
principios reformistas. Entre los años 1968 y 1969 se producen grandes manifestaciones
estudiantiles en la Universidad Central de Venezuela bajo el movimiento de Renovación
universitaria y que serán derrotadas y reprimidas por el gobierno.
Principios ideológicos de los reformadores argentinos
La universidad debería disponer de:
1- Una autonomía jurídica, autarquía económica y administrativa.
2- De la declaración de la inviolabilidad del recinto.
3- De garantías para practicar la libertad de pensamiento; de cátedra y de investigación.
4- Un perfil antiimperialista.
5- Del funcionamiento del Cogobierno (distinto del gobierno “tripartito que se implementa
en el año 1956).
6- De una formación Latinoamericana en sus egresados.
Principios que posteriormente se “atribuyen los reformadores”:
7- Vinculaciones estrechas con el pueblo: extensión universitaria y alianza obrero
estudiantil.
8- Medios para garantizar el acceso libre y popular: no debían existir aranceles o trabas al
ingreso; se debían institucionalizar los servicios sociales, etc.
Resultados concretos de los planteos de los reformadores:
- Se garantizan en los tres países la reglamentación de los puntos 1 y 2 (son violados en cada
dictadura).
- El punto 3 se garantiza, pero lamentablemente y en el marco del desarrollo de la “corporación
docente” se desvirtúan los conceptos de la reforma. La universidad se preocupa por la
autonomía de “investigación” en relación a las demandas sociales y de desarrollo del país y las
políticas de gobierno y no así, de los intereses de las corporaciones extranjeras. La universidad
tiende cada vez más hacia la formación de dirigentes de los sectores del gran capital y se
distancia entonces, de la formulación de carreras con perfiles de intelectuales al servicio del
desarrollo y de la liberación nacional.
- El poder queda en manos de los docentes, que paulatinamente, se distancian del pueblo,
formando un “Estado dentro del Estado” de espaldas al país.
- La Universidad se abre a las clases medias, no a los sectores obreros. Las universidades de los
tres países son aranceladas. Los pobres e hijos de obreros no ingresan a la universidad.
- El punto 4 queda más en el discurso que en los hechos; por ejemplo, en las universidades
públicas, dan clase los abogados operadores de las multinacionales y los intereses extranjeros.
La universidad no será una institución que enfrente el subdesarrollo de los países, sino que por
el contrario y en varios casos, será un elemento de difusión de la cultura extranjera. Las
universidades miran a Europa y EUA y cada vez menos a Latinoamérica. El punto 6 queda en
varios casos únicamente en el Manifiesto Liminar y en algunas organizaciones, no como política
de la universidad.
- El punto 7 queda más en la retórica que en los hechos y la universidad se aleja de la realidad
social concreta de los países. La extensión llegará con posterioridad al planteo de los
reformadores. El pacto obrero-estudiantil en muchos casos fue en realidad un pacto oligárquico
estudiantil en contra del pueblo.
- El punto 5 termina operando en varios casos como medio de dominio de la Corporación
docente, entre otras cuestiones, ya que los estatutos fijan límites a la participación estudiantil
que además y en muchos casos, no es obligatoria. La universidad, a diferencia del planteo de los
reformadores, es gobernada por minorías con mayoría del Claustro docente. Esto se agravará
aun más, cuando las agrupaciones universitarias sean meros satélites de partidos políticos y
privilegien sus espacios de poder sobre los intereses del país.
Por ejemplo, por citar algunas experiencias históricas, vemos que los universitarios
“reformistas” se oponen a la revolución Boliviana de 1946; se oponen a Yrigoyen en 1930 y a
Perón 1945; los docentes se van de Cuba con destino a EUA luego de la revolución de 1959 y
gran parte de la universidad “reformista” se opone a Chávez en la actualidad. Partiendo de este
diagnóstico, debe quedar clara la necesidad de superar la concepción del “reformismo” por el de
la Universidad Nacional y Popular.
D- ETAPA NACIONAL Y POPULAR O DE LA UNIVERSIDAD DEL PUEBLO
En Argentina este modelo se intenta implementar, con todas las contradicciones del caso, en
1945 hasta 1955 y en 1973 hasta el año 1975.
En Cuba se ingresa a la Universidad Nacional y Popular en 1959 y este esquema tiene vigencia
hasta la actualidad.
En Venezuela este debate tiene antecedentes en los conflictos universitarios de 1969 y se
retoma desde la asunción de Chávez en el año 1998 hasta la actualidad.
Como veremos, tanto en Venezuela como en Argentina, los intentos de acercar la universidad al
pueblo fueron suprimidos violentamente durante 1970 en la primera y en 1955 y en 1970 en la
segunda. En ambos países, tras la violencia contra los reclamos democratizadores, se impuso
una legislación universitaria con matices “reformistas”: un decreto del gobierno militar de 1955
en Argentina y una Ley Universitaria en Venezuela en 1970 (esta viene a cercenar algunos
aspectos de los planteos de los Renovadores del año 1969).
Conceptos generales:
- El contexto político y social presiona sobre la universidad y no viceversa. En los tres países
gran parte de los docentes y en menos medida de los estudiantes, es reticente a los cambios
sociales de las revoluciones del siglo XX: muchos están contra Perón, algunos contra Chávez y
varios de ellos, contra Fidel, líderes que caminan junto al pueblo hacia la transformación de las
estructuras económicas y sociales de sus países. En elmarco de avanzada de las organizaciones
Instituto de Investigación Social, Económica y Política Ciudadana – www.isepci.org.ar
ibres del pueblo la Universidad debe redefinir sus objetivos para hacerse popular y nacional y
para eso deben caer sus privilegios.
- La superación de la universidad del “reformismo” no se produjo en todos los países y en varios
casos, al ser derrotado el proyecto popular, este intento quedó en el camino.
- En la Universidad Nacional y Popular se fusionan las necesidades sociales del pueblo, los
programas de desarrollo económico nacional, las políticas públicas del Estado y los procesos de
refundación cultural de la revolución con la universidad. Se redefine la “autonomía” y la
universidad acompaña el camino de transformación social, política y cultural de los Estados
(primero esta la revolución que encuadra a la nación entera y en segundo lugar los intereses
sectoriales de los estudiantes o docentes y no viceversa).
- El nuevo eje ideológico que atraviesa la lógica universitaria se traslada del concepto de la
“excelencia académica” monopolio del Cogobierno de la Universidad, hacia la “excelencia
académica” en función de las necesidades de desarrollo de las naciones”. En este sentido, no es
solamente el Cogobierno universitario el que define las líneas de investigación por fuera de la
voluntad del resto del sistema político del país, sino que es el pueblo organizado en el Estado el
que ejerce la soberanía. Por eso, la universidad popular se plantea un nuevo concepto sobre el
uso de los recursos en educación: el planteo ya no se guía solamente por la “lógica del
Cogobierno de espaldas al país”, sino que se vincula estrechamente a los intentos de la nación
por superar la dependencia tecnológica y cultural:
a- Se desarrollan las carreras industriales superando el modelo de la universidad que educa
solamente en “letras”. El objetivo es el desarrollo económico y tecnológico
independiente del país.
b- Se planifican las carreras y los ingresos en función de los objetivos del país. Se
suprimen aranceles y se eleva el nivel educativo de las naciones. Se promueven carreras
en función del desarrollo nacional y estas medidas se toman en función del resto de
variables políticas y económicas del país.
c- El pueblo llega a la puerta de la universidad y le pide “resultados” a una institución que
él mismo mantiene con el pago de sus impuestos. Son etapas caracterizadas por la
movilización popular y la politización del pueblo: las ideas del pueblo son más
avanzadas que los intereses de la Corporación Universitaria.
d- Se difunde una cultura nacional y latinoamericana, con perfil humanista y socio
comunitario que se contrapone al modelo cultural dependiente defendido por la
Corporación en nombre de la “autonomía”.
3- CONOCER EL DEBATE UNIVERSIDAD PÚBLICA – UNIVERSIDAD
PRIVADA
En Argentina las universidades privadas ingresan en 1958 y se desarrollan masivamente con la
gestión Salonia en la década de 1990 (Menem). En Argentina existen 38 universidades públicas
y 42 privadas.
En Venezuela ingresan en el año 1953 y se desarrollan con auge en 1980. En dicho país existen
17 universidades públicas y 20 privadas.
En Cuba las universidades privadas se desarrollan a partir de 1949 y se suprimen tras la
revolución de 1959.
Estas dos posturas forman parte de conceptos enfrentados
Educación con sentido:
Estratégico de liberación. Vs. Empresa comercial.
Planificada. Vs. Producto de la especulación del mercado.
Masiva – gratuita. Vs. Elitista – rentada.
4- TIPO DE INGRESO
El debate enfrenta dos lógicas:
Ingreso Masivo. Vs. Aranceles.
Ingreso producto de una planificación. Vs. Racionalidad de mercado.
Nacional Planificada.
El debate sobre el tipo de ingreso y particularmente sobre el concepto de “ingreso masivo”
depende de diversas variables. La primera, tiene que ver con el “exterior” social en el cual se
inscribe la universidad y veremos que tanto en Cuba, como en Venezuela y Argentina, en la
etapa de formulación de la Universidad Nacional y Popular se inicia una revolución social,
única garantía del ingreso de los sectores postergados a la Educación Superior. Asimismo y para
garantizar la masividad, la Educación Superior es gratuita y se eliminan aranceles. Además, se
crean sistemas de becas para sectores trabajadores, servicios sociales, horarios para los
trabajadores, etc.
En Argentina la gratuidad de la universidad aparece recién con el gobierno de Perón en 1946.
Este gobierno elimina los aranceles de ingreso, medida que dura hasta 1955, para implementarse
Instituto de Investigación Social, Económica y Política Ciudadana – www.isepci.org.ar
nuevamente desde el año 1973 al año 1976. La gratuidad reaparece desde 1983 hasta la
actualidad. Los servicios sociales masivos y las becas surgen durante el gobierno de Perón de
1946. Los intentos de ligar la universidad al país bajo la planificación de la política nacional,
aparecen en 1946 y duran hasta 1955, se retoman brevemente en 1973 y son abortados en 1976.
Durante el gobierno de Perón aparece la Universidad obrera con horarios para los trabajadores.
En Cuba la gratuidad aparece con la revolución de 1959, más específicamente con la Ley de
Nacionalización de la Enseñanza del año 1961. El sistema de seguridad social surge con la
revolución. La Ley Nº 1163/63 y el decreto Nº 91/81 establecen la existencia de becas para el
ingreso a la universidad a los trabajadores. La planificación de la política nacional y la
vinculación estrecha con la universidad nace en la revolución y llega hasta la actualidad.
En Venezuela la gratuidad de la universidad la introduce el gobierno de Chávez que elimina las
Pruebas de Aptitud Académica e inicia la Misión Sucre. La planificación de la política
universitaria en relación de las necesidades nacionales, se inicia con la creación del Ministerio
de Educación Superior – MES-.
(…)
6- DEBATE SOBRE LAS ARTICULACIONES ENTRE LA UNIVERSIDAD Y EL
PUEBLO
Un abordaje de la problemática de la universidad del siglo XXI no puede desconocer:
I- El debate sobre el perfil de los profesionales en relación a los esquemas de desarrollo
productivo del país: actualmente y en nombre de la “autonomía”, la universidad de Argentina y
la de Venezuela forman en muchos casos profesionales al servicio de la dependencia. Los
pobres financian con sus impuestos a la educación pública y con esa acción y en varios casos, a
sus propios sepultureros.
II- La vinculación permanente entre el pueblo en relación a la extensión, a la existencia de
prácticas profesionales, la implementación de consejos consultivos, prácticas comunitarias
voluntarias y obligatorias.
7- DEBATE SOBRE LAS FORMAS DE FUNCIONAMIENTO DEL COGOBIERNO
UNIVERSITARIO
Un estudio sobre el esquema universitario no debe desconocer:
I- La relación política y de distribución del poder del Cogobierno entre docentes, alumnos y no
docentes.
II- Las vinculaciones entre el Estado, la política, los partidos y los miembros que componen el
cogobierno de la universidad. El cogobierno y pese a presentarse como “autónomo” siempre se
relaciona al esquema de poder político externo.
IV- A MODO DE CIERRE
A lo largo de las bases presentadas intentamos desarrollar algunos ejes de debate para la
formulación de un nuevo esquema de funcionamiento para la Universidad Nacional y Popular
del Siglo XXI. Este escrito es un mero punteo de las investigaciones que estamos desarrollando
e intenta ser un aporte a la formulación de una agenda de temas que nos permitan articular un
discurso unificado desde las organizaciones libres del pueblo. La unidad de las formaciones
docentes, estudiantiles y no docentes junto al resto de la nación, será la única garantía para
fortalecer al pueblo y poder enfrentar al modelo neoliberal y reformista de varias universidades
latinoamericanas, engranajes de la dependencia y esquemas retardatarios de los movimientos
nacionales. Es importante y ya entrado el siglo XXI, poder reapropiarse dialécticamente de los
planteos reformistas y adecuarlos a las luchas de liberación que se están iniciando en
Latinoamérica y que parten de elevar como bandera la consigna de que “primero esta la nación
y la acción mancomunada de las organizaciones libres del pueblo en su totalidad y segundo, los
intereses gremiales de la universidad, ya que no existe la posibilidad de contar con una
universidad liberada sin antes romper la dependencia del país”.
(Extracto - versión completa en www.isepci.org.ar)
FUNDAMENTOS DE ESTAS BASES
Este trabajo intenta hacer un aporte al debate sobre la formulación de los nuevos principios
fundacionales de la universidad latinoamericana del siglo XXI. El principio que nos guía corre
parejo a la necesidad histórica y por años postergada en Latinoamérica de dar batalla contra el
subdesarrollo y la dependencia económica y cultural de nuestras naciones. En este marco,
creemos, que el debate sobre el modelo de universidad latinoamericana del siglo XXI, debe
estar circunscrito a los planteos y las luchas de las naciones del sur contra la dependencia y el
atraso de sus pueblos y de sus estructuras productivas.
Por eso, aquí únicamente se plantean ciertos nudos conceptuales para el abordaje de la
problemática universitaria. El trabajo es estrictamente metodológico e intenta exclusivamente
otorgar a los interesados un esquema general para abordar el tema universitario. La brevedad del
planteo tiene su justificación en dos cuestiones. Por un lado, en la necesidad de clarificar las
dimensiones reales de los diferentes planteos políticos e ideológicos latinoamericanos, en torno
a la problemática universitaria, especialmente aquellos que hacen a la corriente denominada
“reformista” y sus implicancias concretas en relación a los programas populares del siglo XX.
Por otro lado, este breve planteo es un resumen de la metodología de trabajo aplicada en dos
investigaciones sobre la universidad, a las que el lector puede remitirse en caso de interesarse en
el tema.1
El trabajo intenta sistematizar las principales variables para el abordaje de la temática de la
universidad latinoamericana y su funcionamiento durante el siglo XX y las bases para la
discusión de un programa alternativo para el nuevo siglo XXI. El recorte de casos tiene que ver
con que las tres naciones en cuestión, Argentina, Venezuela y Cuba, iniciaron en distintos
períodos, con sus particularidades propias, el proceso de formulación de una Universidad
Nacional y popular, superando el esquema de la Universidad Reformista dependiente típica de
principios y mediados del siglo XX, que aún sigue vigente en gran parte de las naciones
latinoamericanas. Se sistematizarán aquí los principales ejes para un análisis de la universidad
desde una perspectiva, que dará primacía a la dimensión política, teórica e histórica- cultural
latinoamericana.
1 Recalde Aritz y Recalde Iciar, Universidad y liberación nacional. Un estudio sobre la universidad de Buenos Aires
durante los tres gobiernos peronistas 1946-52; 1952-55,1973-76. Ed. Nuevos Tiempos. Recalde, Aritz, “Por una
universidad nacional, popular y latinoamericana por un movimiento estudiantil - docente nacional y popular”, agosto
2004
I- LEGISLACIÓN UNIVERSITARIA
- Venezuela: cuenta con la Ley de Universidades del año 1970 (actualmente se estudia su
modificación). El órgano rector es el Ministerio de Educación Superior –MES- (reglamentado
por el Decreto Nº 3444/02 que reduce las competencias de los organismos anteriores: el Consejo
Nacional de Universidades -CNU- y su órgano asesor, la Oficina de Planificación del Sector
Universitario – OPSU-).
- Argentina: la Ley de Educación Superior Nº 24.521 data del año 1995. El órgano rector es el
Ministerio de Cultura y Educación desde la Secretaria de Políticas Universitarias. Esta ley crea
la Comisión Nacional de Evaluación y Acreditación Universitaria (CONEAU) órgano
descentralizado del Ministerio de Cultura y Educación. Consejo de Universidades; Consejo
Interuniversitario Nacional; el Consejo de Rectores de Universidades Privadas y los Consejos
Regionales de Planificación de la Educación Superior.
- Cuba: no tiene una Ley de Educación Superior sino varias normas: Constitución Nacional,
Leyes, Decretos leyes, Decretos y Resoluciones. El órgano rector es el Ministerio de Educación
Superior (creado por intermedio de la Ley Nº 1306 de 1976).
II- LA UNIVERSIDAD COMO CONCEPTO
1- La universidad se ubica en la etapa superior del proceso de socialización y debe
interpretarse entonces, en relación a las otras instituciones educativas, culturales y de
formación ideológica propias de una nación, como la escuela, los partidos políticos o
los medios de comunicación.
2- La universidad, a diferencia de otras instituciones de la cultura, detenta el monopolio
del saber profesional: implica una forma histórica particular de vincular el poder –
saber: derecho, ejercicio legal de la medicina, etc.
3- La universidad cumple funciones de formación de dirigentes para la conducción
política de la sociedad. Por eso, debe analizarse para qué actores o proyectos
estratégicos de nación forma sus perfiles de egresados.
4- La universidad es un espacio de formación de técnicos del aparato productivo y por
eso, está estrechamente ligada al contexto político, cultural y económico del país en el
cual se inscribe.
5- La universidad tiene además, una función formadora de profesionales del sistema
educativo en general y es por eso, es en parte garante de la producción y reproducción
del saber para las nuevas generaciones de docentes, profesionales y técnicos
6- La Universidad cumple una función democratizadora, por ser una estructura a través de
la cual los miembros de una sociedad pueden recibir una formación acorde a las
condiciones históricas de la misma, permitiéndoles integrarse plenamente a ella no sólo
en sentido cívico (votantes), sino también, en su sentido económico social.
7- La universidad adopta una función investigadora a partir de la cual, la sociedad puede
estar en condiciones de situarse en la vanguardia del conocimiento y cumplir un rol
productivo e innovador
8- La universidad es parte de intereses corporativos propios, pese a que estén siempre en
tensión con el contexto social: relacionados a los proyectos dominantes o vinculados a
la lucha de los pueblos por su liberación. No puede desconocerse que la universidad
posee “grados de autonomía relativa” y es por eso que, creemos, se puede escribir una
historia de la universidad.
9- La universidad coexiste y/o compite con otras instituciones formadoras de cultura
como fundaciones, corporaciones, las FFAA o la Iglesia. No puede pensarse la
universidad sin tener en cuenta dichas instituciones con las que se complementa o con
las que confronta.
III- VARIABLES GENERALES A TENER EN CUENTA PARA ABORDAR LA
PROBLEMÁTICA UNIVERSITARIA
1- CONOCER EL CONTEXTO HISTÓRICO
Estudiar el contexto “externo”:
Tanto el político (proceso de ascenso y descenso de la lucha de masas), como el económico (por
ejemplo, su vinculación con los proyectos agro exportador; industrial mercado internista,
financiero o industrial exportador).
Estudiar el esquema de funcionamiento “interno”:
- Se debe conocer la vinculación entre los partidos políticos externos y las
organizaciones estudiantiles y docentes. Sin este dato difícilmente se pueda interpretar
el funcionamiento de la Universidad, por el hecho de que la institución es parte del
teatro de operaciones de los partidos políticos.
- Se deben analizar las vinculaciones entre las corporaciones y los intereses económicos
de los departamentos, carreras y universidades. En nombre de “pasantias y trabajos a
terceros”, las corporaciones son parte de la educación de los universitarios.
- Asimismo, para plantear la problemática se deben analizar los tipos y niveles de
organización de los claustros docentes, graduados, alumnos y no docentes.
2- CONOCER LA VINCULACIÓN ESTADO – UNIVERSIDAD
Este punto, creemos, es elemental para entender las contradicciones actuales que enfrenta el
bloque del pueblo en relación a su posibilidad de articular el programa de liberación con las
universidades públicas. En este sentido, consideramos fundamental resaltar dos cuestiones:
primero, que la contradicción principal que enfrentan los movimientos deliberación del siglo
XXI en relación a la función de la universidad en los procesos de transformación política, es a
las resistencias de la misma corporación universitaria, que detrás de las concepción
“reformista”, esconde espacios de privilegios de una institución estrechamente ligada a los
centros del poder mundial. Los intereses “corporativos” son ejercidos generalmente por
docentes y en menor medida, por sectores de alumnos, en una institución caracterizada por la
compra y venta de cargos y lugares de poder. Debemos aclarar y especialmente para el caso
argentino, que esta lectura no debe hacerse de manera lineal, por el hecho de que la institución
es un espacio de disputa y no necesariamente todas las facultades, ni todas las cátedras expresan
una ideología y una practica alejada de los problemas del país. Ahora bien, hay una tema que es
innegable y es que históricamente las universidades argentinas y venezolanas y pese a sus
matices, se han enfrentado en varios casos a los movimientos de liberación oficiando como
instituciones alejadas de la batalla contra la dependencia y el atraso de las naciones. El modelo
neoliberal de 1990 con sus consecuencias en la universidad, ya no es el enemigo principal que
enfrentan las organizaciones populares de Argentina y de Venezuela: el debate sobre el
arancelamiento o la privatización de la Educación Superior, deja lugar a otro que versa sobre las
formas que debe desarrollar el pueblo para desarticular los intereses corporativos universitarios
estrechando la institución con la resolución de los problemas regionales y de desarrollo del país.
Segundo, es imprescindible asumir la necesidad imperiosa de adecuar dialécticamente el
esquema ideológico de la “reforma”, ya que si este planteo es escindido del contexto actual
pierde parte de su vitalidad de origen y corre el riesgo de oficiar como una ideología retardataria
de las transformaciones que exigen las organizaciones libres del pueblo. Latinoamérica debe
formular - en muchos casos este desafío implica retomar las experiencias existentes- el modelo
de la Universidad Nacional y Popular, cuestión que involucra superar la reproducción
esquemática de los tópicos del año 1918. La universidad del siglo XXI debe ser una
Universidad Nacional y Popular, pilar del esquema de liberación y de lucha contra la
dependencia de los pueblos. En la actualidad y con excepción de Cuba, las universidades no han
superado totalmente la etapa de las “corporaciones” que dará paso a la universidad del pueblo.
En este punto sintetizaremos las cuatro etapas históricas que atravesaron las universidades de
Venezuela, Argentina y Cuba en relación a sus vinculaciones con el Estado y la sociedad civil,
haciendo eje en el caso nacional que nos involucra directamente.
A- ETAPA “COLONIAL” O DE LA CORPORACIÓN RELIGIOSA2
La institución universitaria nace como producto de la decisión de las metrópolis. En Venezuela
se funda la Universidad de Caracas en el año 1721 (hoy Universidad Central de Venezuela). En
Cuba se funda la Universidad de La Habana en el año 1728.
Argentina: se crea la Universidad de Córdoba en 1613: el obispo diocesano Fray Hernando
Trejo y Sanabria hace un aporte económico para financiar cátedras de latín, arte y teología sobre
la base del Noviciado de los jesuitas existente desde 1607. Gregorio XV le permite emitir títulos
universitarios en 1622 y Felipe II, rey de España, lo eleva al grado de universidad en el año
1622. Se copia el modelo de la Salamanca: teológica y escolástica. Desde el siglo XVIII
ingresan lecturas como Descartes o Newton.
Se crea su constitución en 1664 y se aprueba por la corona en 1680.
Carreras:
a- Facultad de “Artes” (5 años). Se estudia filosofía (lógica, física y metafísica). Título de
“grado (bachiller y licenciado) y de posgrado (maestro y doctor). No existe la diferencia entre
universidad y escuela secundaria.
b- Facultad de teología (6 años). Cánones, moral y teología. Luego se suma Escritura e historia
sagrada.
La controla la Compañía de Jesús hasta su expulsión en 1767 por Carlos III. Los Borbónes y por
intermedio del Virrey Juan José de Vertiz dictan la constitución y eligen el rector (antes estaba
legislado por una constitución de 1664 vinculada a las leyes de Indias).
El marqués de Sobremonte, gobernador de Córdoba, fomenta la introducción de una Cátedra de
Jurisprudencia que introduce una profesión profana. El Virrey Santiago Liniers remplaza al
clero Franciscano por sectores seculares ligando la universidad al Estado.
En esta etapa, la universidad cumple la función de difundir el dogma religioso y es
primordialmente un instrumento de formación de cuadros de la administración de la metrópoli
sobre colonia. El ingreso a la universidad exigía conocimiento del latín, conocimientos de
religión, matemáticas e historia (requisito establecido por la universidad, no por el Estado).
En esta etapa, la universidad cumple la función de difundir el dogma religioso y es
primordialmente un instrumento de formación de cuadros de la administración de la metrópoli
sobre colonia.
2 Los planteos son “genéricos” por cuestiones metodológicas y no dan cuenta de todo el proceso del cual
forman parte las universidades. La universidad escapa al mero rotulo de “colonial”.
B- ETAPA INDEPENDENTISTA: FUTURA UNIVERSIDAD DE LA CORPORACIÓN
OLIGÁRQUICA
Superada la etapa colonial con el ciclo de la Independencia, la universidad rompe su vínculo con
la metrópoli. En este marco y en el caso de Venezuela, la separación del modelo colonial será
tarea de Bolívar, que cumple un rol central desplazando a la Iglesia y aboliendo los conventos
religiosos en la década del veinte y otorgando este capital a las universidades. En el año 1827 se
desarrollan los Estatutos Republicanos que refuerzan el esquema de una universidad separada de
España.
En Cuba esta tarea se liga a las figuras de José de la Luz y Caballero y de José Martí, ideólogos
de la transformación de la universidad en el tránsito del país de la colonia al Estado
independiente. Martí marcará además y adelantándose a su tiempo, la necesidad de desarrollar
las carreras técnicas.
En la Argentina y luego de la Independencia, adquiere trascendencia sobre la universidad de
Córdoba Gregorio Funes. Este redacta un Plan de Estudios de la carrera de abogado e incluye la
matemática y el francés en la formación. En 1817 el gobierno de las Provincias Unidas del Río
de La Plata, bajo el mando del director supremo Juan Martín de Pueyrredón, aprueba un nuevo
plan de estudios presentado por Funes y ratifica la línea de formación de abogados y la
enseñanza de francés lo cual permite la lectura de Rousseau, Condorcet y Condillac.
En el año 1818 en Buenos Aires Pueyrredón funda el Colegio Unión del Sud en lugar del
Colegio de San Carlos (1783-1810) y en donde se desarrollan estudios “preparatorios” (similar
a la escuela media actual). Se crea la Escuela de Matemáticas (1810 – cierra ese mismo año-); la
Escuela de dibujo (1815); La Academia de matemáticas y Arte militar (1816). Se reorganiza el
Protomedicato (1813 – antes existía el Instituto de Medicina creado en 1780); la Academia de
Jurisprudencia (1814).
Iniciativas para la fundación de la UBA: la propuesta es paralela a la fundación del Virreinato
en 1776. En 1816 se renuevan gestiones a partir de la acción de Antonio Sáenz. Se funda la
Universidad de Buenos Aires (UBA) en el año 1821 bajo la gestión de Rivadavia. Sigue el
esquema francés: formación liberal y secular, abandonado las cátedras de teología.
Carreras:
a- Estudios preparatorios: latín, filosofía, física y matemáticas. Estos pasan al Colegio de
Ciencias Morales creado por Rivadavia y de corta duración. Aparece la lectura de Condillac y la
Cátedra de Economía Política.
b- Derecho: la habilitación permanecía en la Academia de Jurisprudencia y el Tribunal Superior
de Justicia.
c- Medicina: ligado al Protomedicato que otorga licencia para el ejercicio.
La cátedra de teología desaparece en Córdoba en 1864. En 1876 aparece la cátedra de Ciencias
Exactas, Físicas, Naturales e Ingeniería Civil. En 1877 nace Ciencias médicas complementada
con la Escuela de farmacia en 1888, de Parteras en 1890 y en 1916 de Odontología.
Antecedentes legislativos: Ley de Educación de la provincia de Buenos Aires de 1875 (dura
hasta 1950) y define educación obligatoria y gratuita. Creó un Consejo General de Educación
con un director de escuelas (Sarmiento).
Existió un proyecto de Ley Universitaria en 1872 relacionado a la figura de Juan María
Gutiérrez. Este será retomado por Nicolás Avellaneda. Esta concepción se cristaliza
definitivamente en la Ley Avellaneda de 1885. La posición de Eduardo Wilde, Ministro de
Culto e Instrucción Pública se distancia de Avellaneda al intentar dar más potestades al Estado.
Ley Avellaneda: 4 artículos. Aparece la “asamblea universitaria” con representantes de las
facultades; Consejo superior presido por el Rector, Decanos y dos representantes nombrados por
estos últimos; los profesores salen de una terna enviada al PEN; el Estatuto es aprobado por el
PEN; se cobran “derechos universitarios”; los Rectores son elegidos por la asamblea; aparece el
Ministerio de Instrucción Pública
Derrotados los proyectos populares y federales, el impuso revolucionario de la independencia se
apaga y da curso a la era de dominio político de los sectores agro exportadores ligados al
capitalismo mundial con hegemonía británica. La universidad en este período se caracteriza por
ser:
a- Altamente elitista: cobra aranceles y se ingresa en función de los vínculos familiares y
culturales aristocráticos. Es marcada la imposibilidad de acceso de los sectores populares. A su
vez, esta universidad es un medio de sostén y perpetuación del esquema político de la oligarquía
y una garantía de reproducción de los funcionarios de familias de altos ingresos en el poder
publico.
b- De formación en letras. Son escasos los intentos por desarrollar carreras técnicas: la
universidad forma cuadros para la administración de la estructura de servicios del imperialismo,
pilares de la dependencia. Por eso, la carrera medular será la de Derecho.
c- De ideología antipopular y antinacional: la matriz de pensamiento de gran parte de los
docentes, ronda entre el liberalismo conservador, el positivismo y en algunas instituciones, el
catolicismo (que será finalmente derribado con la reforma en el siglo XX).
C- ETAPA REFORMISTA O DE LA CORPORACIÓN DOCENTE
Esta etapa tiene su origen en Argentina. El primer avance en el reformismo latinoamericano
está estrechamente vinculado a las transformaciones implementadas en la Universidad de
Buenos Aires en 1906. Pero en realidad, el hecho más conocido es el de la Reforma de 1918 en
la ciudad de Córdoba. Ahora bien, a diferencia de lo que se cree, la reforma de 1918 no va a
producir en Argentina las transformaciones planteadas en el Manifiesto Liminar. Con este
comentario no le queremos quitar la trascendencia histórica que trae aparejada la reforma, pero
si creemos, que es necesario puntualizar la trascendencia real que dichas jornadas tienen en
nuestro país. La Reforma no va a desarrollar una nueva Ley que modifique el esquema de la Ley
Avellaneda: exclusivamente va a modificar algunos reglamentos de las universidades
(particularmente los estatutos de la UBA desde 1906 y de la universidad de Córdoba desde
1919). La nueva Ley universitaria llegará recién en 1947 con el gobierno de Perón. El
movimiento reformista será reprimido por Alvear en el año 1922 y al no existir una “Ley”, el
dirigente modifica los estatutos y gran parte de los reclamos estudiantiles quedan entonces
abortados. El golpe militar de 1930, particularmente en la etapa de Uriburu, acentúa la reacción
conservadora en las universidades. A diferencia de lo que se cree, luego de 1922, la universidad
lejos de ser un espacio de defensa de los principios del Manifiesto Liminar, será una institución
de marcado perfil antipopular y además, marcadamente antidemocrática: sectores de la FUA y
parte de los docentes de las universidades apoyan el golpe militar contra Yrigoyen en 1930. En
1945 estos mismos actores universitarios ejercen una férrea oposición a Perón y apoyan el
terrorismo militar de 1955, con el bombardeo a Plaza de Mayo, la masacre de civiles y las
proscripciones de partidos políticos incluidas.
En el caso de Cuba, la reforma llega ligada a los planteos de Julio Antonio Mella y se cristaliza
definitivamente en la Ley docente de 1937 y luego en la Constitución Nacional de 1940 que
declara la autonomía de la Universidad de la Habana. En 1942 se reforman los estatutos de
dicha universidad reflejando el espíritu “reformista” de la universidad cubana.
En el caso de Venezuela, las primeras medidas reformistas aparecen en la Ley de Educación de
1940 que permite a la Universidad escribir una terna que se elevará al Poder Ejecutivo para
elegir Rector, Vicerrector y Secretarios (similar al esquema de la Ley Avellaneda y cuya
modalidad seguirá vigente en la Argentina hasta 1956). Esta Ley perderá vigencia poco tiempo
después. En el año 1946 aparece la participación estudiantil en los estatutos de la UCV. Recién
en el año 1958 aparece una ley que establece para las universidades el funcionamiento en base a
principios reformistas. Entre los años 1968 y 1969 se producen grandes manifestaciones
estudiantiles en la Universidad Central de Venezuela bajo el movimiento de Renovación
universitaria y que serán derrotadas y reprimidas por el gobierno.
Principios ideológicos de los reformadores argentinos
La universidad debería disponer de:
1- Una autonomía jurídica, autarquía económica y administrativa.
2- De la declaración de la inviolabilidad del recinto.
3- De garantías para practicar la libertad de pensamiento; de cátedra y de investigación.
4- Un perfil antiimperialista.
5- Del funcionamiento del Cogobierno (distinto del gobierno “tripartito que se implementa
en el año 1956).
6- De una formación Latinoamericana en sus egresados.
Principios que posteriormente se “atribuyen los reformadores”:
7- Vinculaciones estrechas con el pueblo: extensión universitaria y alianza obrero
estudiantil.
8- Medios para garantizar el acceso libre y popular: no debían existir aranceles o trabas al
ingreso; se debían institucionalizar los servicios sociales, etc.
Resultados concretos de los planteos de los reformadores:
- Se garantizan en los tres países la reglamentación de los puntos 1 y 2 (son violados en cada
dictadura).
- El punto 3 se garantiza, pero lamentablemente y en el marco del desarrollo de la “corporación
docente” se desvirtúan los conceptos de la reforma. La universidad se preocupa por la
autonomía de “investigación” en relación a las demandas sociales y de desarrollo del país y las
políticas de gobierno y no así, de los intereses de las corporaciones extranjeras. La universidad
tiende cada vez más hacia la formación de dirigentes de los sectores del gran capital y se
distancia entonces, de la formulación de carreras con perfiles de intelectuales al servicio del
desarrollo y de la liberación nacional.
- El poder queda en manos de los docentes, que paulatinamente, se distancian del pueblo,
formando un “Estado dentro del Estado” de espaldas al país.
- La Universidad se abre a las clases medias, no a los sectores obreros. Las universidades de los
tres países son aranceladas. Los pobres e hijos de obreros no ingresan a la universidad.
- El punto 4 queda más en el discurso que en los hechos; por ejemplo, en las universidades
públicas, dan clase los abogados operadores de las multinacionales y los intereses extranjeros.
La universidad no será una institución que enfrente el subdesarrollo de los países, sino que por
el contrario y en varios casos, será un elemento de difusión de la cultura extranjera. Las
universidades miran a Europa y EUA y cada vez menos a Latinoamérica. El punto 6 queda en
varios casos únicamente en el Manifiesto Liminar y en algunas organizaciones, no como política
de la universidad.
- El punto 7 queda más en la retórica que en los hechos y la universidad se aleja de la realidad
social concreta de los países. La extensión llegará con posterioridad al planteo de los
reformadores. El pacto obrero-estudiantil en muchos casos fue en realidad un pacto oligárquico
estudiantil en contra del pueblo.
- El punto 5 termina operando en varios casos como medio de dominio de la Corporación
docente, entre otras cuestiones, ya que los estatutos fijan límites a la participación estudiantil
que además y en muchos casos, no es obligatoria. La universidad, a diferencia del planteo de los
reformadores, es gobernada por minorías con mayoría del Claustro docente. Esto se agravará
aun más, cuando las agrupaciones universitarias sean meros satélites de partidos políticos y
privilegien sus espacios de poder sobre los intereses del país.
Por ejemplo, por citar algunas experiencias históricas, vemos que los universitarios
“reformistas” se oponen a la revolución Boliviana de 1946; se oponen a Yrigoyen en 1930 y a
Perón 1945; los docentes se van de Cuba con destino a EUA luego de la revolución de 1959 y
gran parte de la universidad “reformista” se opone a Chávez en la actualidad. Partiendo de este
diagnóstico, debe quedar clara la necesidad de superar la concepción del “reformismo” por el de
la Universidad Nacional y Popular.
D- ETAPA NACIONAL Y POPULAR O DE LA UNIVERSIDAD DEL PUEBLO
En Argentina este modelo se intenta implementar, con todas las contradicciones del caso, en
1945 hasta 1955 y en 1973 hasta el año 1975.
En Cuba se ingresa a la Universidad Nacional y Popular en 1959 y este esquema tiene vigencia
hasta la actualidad.
En Venezuela este debate tiene antecedentes en los conflictos universitarios de 1969 y se
retoma desde la asunción de Chávez en el año 1998 hasta la actualidad.
Como veremos, tanto en Venezuela como en Argentina, los intentos de acercar la universidad al
pueblo fueron suprimidos violentamente durante 1970 en la primera y en 1955 y en 1970 en la
segunda. En ambos países, tras la violencia contra los reclamos democratizadores, se impuso
una legislación universitaria con matices “reformistas”: un decreto del gobierno militar de 1955
en Argentina y una Ley Universitaria en Venezuela en 1970 (esta viene a cercenar algunos
aspectos de los planteos de los Renovadores del año 1969).
Conceptos generales:
- El contexto político y social presiona sobre la universidad y no viceversa. En los tres países
gran parte de los docentes y en menos medida de los estudiantes, es reticente a los cambios
sociales de las revoluciones del siglo XX: muchos están contra Perón, algunos contra Chávez y
varios de ellos, contra Fidel, líderes que caminan junto al pueblo hacia la transformación de las
estructuras económicas y sociales de sus países. En elmarco de avanzada de las organizaciones
Instituto de Investigación Social, Económica y Política Ciudadana – www.isepci.org.ar
ibres del pueblo la Universidad debe redefinir sus objetivos para hacerse popular y nacional y
para eso deben caer sus privilegios.
- La superación de la universidad del “reformismo” no se produjo en todos los países y en varios
casos, al ser derrotado el proyecto popular, este intento quedó en el camino.
- En la Universidad Nacional y Popular se fusionan las necesidades sociales del pueblo, los
programas de desarrollo económico nacional, las políticas públicas del Estado y los procesos de
refundación cultural de la revolución con la universidad. Se redefine la “autonomía” y la
universidad acompaña el camino de transformación social, política y cultural de los Estados
(primero esta la revolución que encuadra a la nación entera y en segundo lugar los intereses
sectoriales de los estudiantes o docentes y no viceversa).
- El nuevo eje ideológico que atraviesa la lógica universitaria se traslada del concepto de la
“excelencia académica” monopolio del Cogobierno de la Universidad, hacia la “excelencia
académica” en función de las necesidades de desarrollo de las naciones”. En este sentido, no es
solamente el Cogobierno universitario el que define las líneas de investigación por fuera de la
voluntad del resto del sistema político del país, sino que es el pueblo organizado en el Estado el
que ejerce la soberanía. Por eso, la universidad popular se plantea un nuevo concepto sobre el
uso de los recursos en educación: el planteo ya no se guía solamente por la “lógica del
Cogobierno de espaldas al país”, sino que se vincula estrechamente a los intentos de la nación
por superar la dependencia tecnológica y cultural:
a- Se desarrollan las carreras industriales superando el modelo de la universidad que educa
solamente en “letras”. El objetivo es el desarrollo económico y tecnológico
independiente del país.
b- Se planifican las carreras y los ingresos en función de los objetivos del país. Se
suprimen aranceles y se eleva el nivel educativo de las naciones. Se promueven carreras
en función del desarrollo nacional y estas medidas se toman en función del resto de
variables políticas y económicas del país.
c- El pueblo llega a la puerta de la universidad y le pide “resultados” a una institución que
él mismo mantiene con el pago de sus impuestos. Son etapas caracterizadas por la
movilización popular y la politización del pueblo: las ideas del pueblo son más
avanzadas que los intereses de la Corporación Universitaria.
d- Se difunde una cultura nacional y latinoamericana, con perfil humanista y socio
comunitario que se contrapone al modelo cultural dependiente defendido por la
Corporación en nombre de la “autonomía”.
3- CONOCER EL DEBATE UNIVERSIDAD PÚBLICA – UNIVERSIDAD
PRIVADA
En Argentina las universidades privadas ingresan en 1958 y se desarrollan masivamente con la
gestión Salonia en la década de 1990 (Menem). En Argentina existen 38 universidades públicas
y 42 privadas.
En Venezuela ingresan en el año 1953 y se desarrollan con auge en 1980. En dicho país existen
17 universidades públicas y 20 privadas.
En Cuba las universidades privadas se desarrollan a partir de 1949 y se suprimen tras la
revolución de 1959.
Estas dos posturas forman parte de conceptos enfrentados
Educación con sentido:
Estratégico de liberación. Vs. Empresa comercial.
Planificada. Vs. Producto de la especulación del mercado.
Masiva – gratuita. Vs. Elitista – rentada.
4- TIPO DE INGRESO
El debate enfrenta dos lógicas:
Ingreso Masivo. Vs. Aranceles.
Ingreso producto de una planificación. Vs. Racionalidad de mercado.
Nacional Planificada.
El debate sobre el tipo de ingreso y particularmente sobre el concepto de “ingreso masivo”
depende de diversas variables. La primera, tiene que ver con el “exterior” social en el cual se
inscribe la universidad y veremos que tanto en Cuba, como en Venezuela y Argentina, en la
etapa de formulación de la Universidad Nacional y Popular se inicia una revolución social,
única garantía del ingreso de los sectores postergados a la Educación Superior. Asimismo y para
garantizar la masividad, la Educación Superior es gratuita y se eliminan aranceles. Además, se
crean sistemas de becas para sectores trabajadores, servicios sociales, horarios para los
trabajadores, etc.
En Argentina la gratuidad de la universidad aparece recién con el gobierno de Perón en 1946.
Este gobierno elimina los aranceles de ingreso, medida que dura hasta 1955, para implementarse
Instituto de Investigación Social, Económica y Política Ciudadana – www.isepci.org.ar
nuevamente desde el año 1973 al año 1976. La gratuidad reaparece desde 1983 hasta la
actualidad. Los servicios sociales masivos y las becas surgen durante el gobierno de Perón de
1946. Los intentos de ligar la universidad al país bajo la planificación de la política nacional,
aparecen en 1946 y duran hasta 1955, se retoman brevemente en 1973 y son abortados en 1976.
Durante el gobierno de Perón aparece la Universidad obrera con horarios para los trabajadores.
En Cuba la gratuidad aparece con la revolución de 1959, más específicamente con la Ley de
Nacionalización de la Enseñanza del año 1961. El sistema de seguridad social surge con la
revolución. La Ley Nº 1163/63 y el decreto Nº 91/81 establecen la existencia de becas para el
ingreso a la universidad a los trabajadores. La planificación de la política nacional y la
vinculación estrecha con la universidad nace en la revolución y llega hasta la actualidad.
En Venezuela la gratuidad de la universidad la introduce el gobierno de Chávez que elimina las
Pruebas de Aptitud Académica e inicia la Misión Sucre. La planificación de la política
universitaria en relación de las necesidades nacionales, se inicia con la creación del Ministerio
de Educación Superior – MES-.
(…)
6- DEBATE SOBRE LAS ARTICULACIONES ENTRE LA UNIVERSIDAD Y EL
PUEBLO
Un abordaje de la problemática de la universidad del siglo XXI no puede desconocer:
I- El debate sobre el perfil de los profesionales en relación a los esquemas de desarrollo
productivo del país: actualmente y en nombre de la “autonomía”, la universidad de Argentina y
la de Venezuela forman en muchos casos profesionales al servicio de la dependencia. Los
pobres financian con sus impuestos a la educación pública y con esa acción y en varios casos, a
sus propios sepultureros.
II- La vinculación permanente entre el pueblo en relación a la extensión, a la existencia de
prácticas profesionales, la implementación de consejos consultivos, prácticas comunitarias
voluntarias y obligatorias.
7- DEBATE SOBRE LAS FORMAS DE FUNCIONAMIENTO DEL COGOBIERNO
UNIVERSITARIO
Un estudio sobre el esquema universitario no debe desconocer:
I- La relación política y de distribución del poder del Cogobierno entre docentes, alumnos y no
docentes.
II- Las vinculaciones entre el Estado, la política, los partidos y los miembros que componen el
cogobierno de la universidad. El cogobierno y pese a presentarse como “autónomo” siempre se
relaciona al esquema de poder político externo.
IV- A MODO DE CIERRE
A lo largo de las bases presentadas intentamos desarrollar algunos ejes de debate para la
formulación de un nuevo esquema de funcionamiento para la Universidad Nacional y Popular
del Siglo XXI. Este escrito es un mero punteo de las investigaciones que estamos desarrollando
e intenta ser un aporte a la formulación de una agenda de temas que nos permitan articular un
discurso unificado desde las organizaciones libres del pueblo. La unidad de las formaciones
docentes, estudiantiles y no docentes junto al resto de la nación, será la única garantía para
fortalecer al pueblo y poder enfrentar al modelo neoliberal y reformista de varias universidades
latinoamericanas, engranajes de la dependencia y esquemas retardatarios de los movimientos
nacionales. Es importante y ya entrado el siglo XXI, poder reapropiarse dialécticamente de los
planteos reformistas y adecuarlos a las luchas de liberación que se están iniciando en
Latinoamérica y que parten de elevar como bandera la consigna de que “primero esta la nación
y la acción mancomunada de las organizaciones libres del pueblo en su totalidad y segundo, los
intereses gremiales de la universidad, ya que no existe la posibilidad de contar con una
universidad liberada sin antes romper la dependencia del país”.