La
Presidenta acaba de
anunciar que se expropiará el 51 por ciento de Repsol-YPF, por las conocidas
razones del rotundo fracaso de la política petrolera de privatización de la
empresa, que inauguró el menemismo y que fuera instrumentada luego durante
nueve años por las administraciones kirchneristas.
Interesante
hubiera sido también, que el anuncio viniera acompañado de una autocrítica de
Cristina; tanto por su apoyo a la privatización en los noventa, como por la
continuidad que le dieron luego su esposo y ella misma. No ha sido así; parece
que los males vinieron del cielo.
De
todas maneras compartimos el regreso del Estado a la producción petrolera, como
así también al control de la extracción y el uso de nuestros recursos
energéticos: el petróleo y el gas, principalmente.
Esperamos,
eso si, que no se reiteren a partir de ahora, con control estatal de YPF, las
mismas políticas que favorecen el capitalismo de amigos del gobierno -como la
familia Ezkenazi, por poner sólo un ejemplo-, que tanta corrupción siembra y
que tanto daño le causan a la
Nación.
HUMBERTO
TUMINI
MOVIMIENTO
LIBRES DEL SUR - FRENTE AMPLIO PROGRESISTA