El malestar docente no reconocido


1º de marzo de 2012. Apertura de las sesiones legislativas ordinarias. A propósito de las palabras de la presidenta Cristina Fernandez de Kirchner sobre los docentes.

Instalada en el lugar de que “el gobierno hace todo bien” en materia educativa, los que hacemos “todo mal” somos los docentes… Como mínimo, perverso, injusto y abusivo.

Es cierto que las Leyes de Educacion: Nacional (26.206/ 2006) y Provincial (13.688/ 2007), todavía son expresión de deseo. La realidad dista mucho de cumplir con la Inclusión, la Centralidad de la Enseñanza, la Democratización, la Diversidad, la Perspectiva de género, la Universalidad en la cobertura desde sala de 4 años a 6º año de secundaria y tantos otros postulados progresistas que las Leyes de Educación proclaman.

La presidenta se da el lujo de hacer caer ( con sus ligeras palabras) todo el peso de la responsabilidad “del problema educativo” en los docentes, deslizando expresiones deslegitimadoras como “trabajan 4 horas y tienen 3 meses de vacaciones” que aportan a un imaginario social ( instalado en los 90) de que los docentes somos holgazanes que nos quejamos de llenos.

Lo primero es, para contrastar con eso, que poner en marcha las transformaciones educativas para implementar la ley, requiere de grandes cambios estructurales en la organización de las escuelas y en la esencia misma del trabajo docente, que el Estado no esta dispuesto a financiar.

El resultado a simple vista es que los docentes somos responsables de implementar reformas educativas constantemente, sin ninguna chance de mejorar la educación, cayendo en el descrédito, la desjerarquizacion y el agobio del fracaso frente a nuestros alumnos.

La ministra de educación de la provincia de Bs. As. Silvina Gvirtz dice[1] mejorar la escuela es posible siempre y cuando se logre reunir una serie de condiciones estructurales, lideradas y promovidas por el propio Estado, que no se limitan a cambios técnico-pedagógicos o de reforma curricular”

Coincidimos que es así. Pero ¿de que se hace cargo el Estado?

Algunos puntos a considerar:

  • Nos piden la elaboración y desarrollo de proyectos innovadores sin recursos y autonomía para la toma de desiciones, ya que la estructura de gobierno y administración del sistema sigue siendo vertical y autoritaria. Los directivos se ven agobiados más que fortalecidos cada vez que afrontan un cambio en sus escuelas. Sigue habiendo un exceso de “papeles”. Los controles burocráticos no dejan paso al declamado 100% de tiempo dedicado a lo pedagógico.
  • Los espacios físicos y los tiempos escolares no se han movido un ápice. Los docentes siguen trabajando en condiciones de fragmentación, desarticulación, sin posibilidad material de trabajo en equipo (no lo permite la organización escolar de 4 horas reloj, ni hay horas rentadas para tal fin).
  • La jornada de 4 horas con salarios tan bajos empuja casi inexorablemente a tener dos cargos para reunir un ingreso decoroso lo que conlleva una jornada de 8 horas mas el tiempo de traslado de una escuela a otra. Estrés laboral asegurado.
  • Que la tarea docente debe ser planificada con anterioridad es una condición irrenunciable. Forma parte de la función y rol docente. No es novedad que se hace en horas extras.
  • Que las nuevas normativas en materia de evaluación requieren de pruebas integradoras, procesos de compensación una semana después de finalizado el ciclo y dos semanas antes de comenzar el siguiente con las consabidas reuniones con gabinete, familia y profesionales que atienden a los alumnos fuera de la escuela SE LLEVAN ADELANTE EN TIEMPO MATERIAL Y CONCRETO es un dato de la realidad absolutamente observable y comprobable.

· La corresponsabilidad en la protección de los derechos de nuestrxs alumnxs requiere del trabajo en red con otras instituciones pero muchas veces se desautoriza utilizar parte de “las 4 horas” ¿Qué tiempo hay para dedicarle a ello?

· Los docentes trabajamos hasta el último día hábil del mes de diciembre y nos reincorporamos la tercera semana de febrero y tenemos dos semanas de RECESO en invierno. No podemos elegir días, ni meses para vacacionar. Vacacionamos obligatoriamente cuando nos dice el sistema. No podemos guardarnos días de vacaciones. No podemos fraccionarlas.

Podríamos describir muchos aspectos más que REFUTAN lo de “trabajan 4 horas y tienen 3 meses de vacaciones”

Pero… ¿por qué acomete contra los docentes la presidenta si la Nación no tiene escuelas (con la honrosa excepción de las dependientes de Universidades públicas)? ¿Cuál es la causa de esta ofensiva lastimosa?

¿Se preguntaron alguna vez, el impacto que produce a un docente?

  • Vincularse con niños que sufren hambre, desamparo, enfermedades desatendidas, abusos, trabajo infantil y otras vulneraciones
  • Escuchar historias de padres presos, alcohólicos, adictos, hogares atravesados por la violencia
  • Querer revertir o morigerar la estigmatización que recae en el destino de esos niñxs con un Estado que propone la baja de edad de imputabilidad de los menores
  • Pretender dejar huella en la subjetividad de esos niñxs como seres valiosos, irrepetibles, ciudadanos plenos en un Estado que no implementa y no financia la ley de protección de los derechos de lxs niñxs
  • Buscar a la familia para que ayuden al niño a aprender y encontrarse con situaciones dramáticas de desempleo y exclusión que dejan la problemática escolar reducida a la nada.

Antes de juzgar tan ligeramente a lxs docentes, hay que analizar el costo psíquico que implica trabajar diariamente con el dolor de nuestrxs niñxs Argentinxs que en un alto porcentaje viven bajo la línea de la pobreza.

El debate sobre la salud laboral no puede tomarse “livianamente” como “ausentismo”, el docente “no quiere trabajar”. Es muy burdo. Hay estudios serios de la investigadora Deolidia Martinez sobre el tema. Es cuestión de asesorarse. Hay un malestar en el trabajo docente. Sin dudas.

Hay un salario escaso, insuficiente a las aspiraciones de un sector de trabajadores que no nos resignamos a “sobrevivir o alcanzar la canasta familiar” sino que peleamos por acceder a otros bienes sociales a los que nos sabemos con derecho, como la vivienda, la cultura, la propia formación.

Como en toda profesión, hay quienes ejercen su tarea con mayor compromiso y quienes lo hacen con menos. Lo que es inadmisible es la generalización falsa y estigmatizante perpetrada desde la jefatura de un Estado que desde los años del neoliberalismo ha decidido estar ausente de la tarea educativa de niños, niñas y adolescentes.

Prof. Ana Ramos

Prof. Elizabeth Vargas

ISEPCi La Plata

Área Educación y Niñez


[1] Silvina Gvirtz y M E Podestá: “Mejorar la Escuela. Acerca de la gestion y la Enseñanza”. Granica. 2004