Presidenciales del 23 de octubre

EL CAMBIO ES BINNER

El pasado domingo 14 de agosto, en las elecciones nacionales, internas, simultaneas y obligatorias, la mitad de los votantes (tal vez un poco menos si restamos las trampitas del oficialismo) eligió mantener el actual estado de cosas en el país, poniéndole su voto a Cristina Kirchner. La mayoría de ellos seguramente valorizando mas la buena situación económica, que los manifiestos costados criticables de la actual gestión. Otra porción, probablemente, acordando con el discurso del oficialismo, de que este es un modelo de carácter nacional y popular que va camino a profundizarse, aunque señales de todo tipo hay para no creer ni entusiasmarse demasiado con ello. Y hay otra franja de los votantes del Frente para la Victoria que, seguramente, tomó esa decisión preocupada de que la alternativa a este gobierno fuera un regreso al pasado de la mano de Duhalde y compañía; idea que no solo sembró el oficialismo, sino también abonaron los grandes medios de comunicación. Así las cosas, la presidenta obtuvo un triunfo significativo.

La otra mitad de los argentinos y argentinas que concurrieron masivamente a las urnas, votó por cambiar este modelo y a este gobierno. Pero no lo hicieron homogéneamente. Unos optaron por quienes expresaban un regreso al pasado, otros apostaron a futuro. Un gran operativo mediático, promovido entre otros por sectores del poder autóctono, y favorecido por el kirchnerismo, instaló durante meses que Alfonsín y Duhalde eran los grandes contrincantes de Cristina. Parte de la misma jugada fue invisibilizar o secundarizar a Binner como actor protagónico de la compulsa electoral.

La pobre performance final de aquellos “favoritos”, dijo del techo que tienen hoy, en esta sociedad, los que expresan un tiempo al que la mayoría no quiere volver. No tuvieron éxito aquellos que los apadrinaron. Por el contrario, mas de dos millones de votos al gobernador santafesino, obtenidos luego de tan solo cinco semanas de campaña, dijeron que hay muchos, muchos compatriotas que miran hacia adelante.

Hasta allí el análisis de lo sucedido, ahora viene el partido en serio, por los puntos digamos. Tiene fecha: 23 de octubre. También contrincantes principales: Cristina Fernández de Kirchner y Hermes Binner. ¿Optimismo desmesurado? Nada de eso, análisis serio del escenario por venir. ¿Cómo es que dijo uno que sangraba por la herida: “parece que es más importante salir cuarto que segundo”? Y, si, en política muchas veces es así. Esta es una de ellas.

La mitad de los electores en las internas abiertas recientes se pronunciaron por un cambio, a los que podemos agregar con similar aspiración una parte de los que votaron al Frente para la Victoria. Pensemos entonces: ¿qué candidato expresa ese cambio hoy y ahora en nuestro país? ¿Cristina Kirchner que ofrece, en el mejor de los casos, más de esto? ¿Duhalde, Alfonsín, Carrió, Rodríguez Saá, que son la cara de lo añejo? No, ninguno de ellos. Hermes Binner es la expresión del cambio.

Veamos. ¿La Argentina debe mantener su crecimiento económico? Claro que si, hay que aprovechar las circunstancias internacionales muy favorables. Pero esto debe ir acompañado de una justa redistribución de la riqueza, de frenar la concentración y extranjerización económica, de la defensa de nuestros recursos naturales, de atacar en serio la pobreza; sino seguimos rengos. ¿Hay que resignarse a la baja calidad institucional, a las trampitas electorales, a las mentiras del Indec, a la manipulación de las leyes y la justicia? No, hay que modificar eso, es una rémora del pasado, una porquería. ¿Hay que aceptar el “roban pero hacen”, el enriquecimiento de los funcionarios de gobierno al mejor estilo menemista? Jamás, la honestidad para gestionar los asuntos públicos debe estar en la base de cualquier proyecto progresista en serio. ¿Hemos de aceptar como inmodificable el actual sistema gremial, burocrático y corrupto? De ninguna manera, hace a la calidad de nuestra democracia promover su modificación. ¿El federalismo debe, como ahora, solo ser letra muerta de la Constitución Nacional? No, es un mandato del fondo de nuestra historia, y es una necesidad para construir un país mejor, integrado, común, más de todos y todas.

¿Y quién puede realizar, realmente, esos cambios en un sentido de progreso en la Argentina que se viene? ¿Los que añoran los noventa? ¿Este gobierno en un nuevo mandato? Error, ninguno de ellos tiene esa voluntad. Binner puede llevarlos adelante. No equivocarse, esa es la opción hacia un futuro mejor. Ese es el cambio. Póngale fichas y apoyo, que vamos a dar pelea.


HUMBERTO TUMINI
MOVIMIENTO LIBRES DEL SUR – FRENTE AMPLIO PROGRESISTA